El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que la reforma constitucional al Poder Judicial se realizó en estricto cumplimiento de la Constitución, y que no hay fundamento legal para las objeciones planteadas por los grupos opositores. Aseguró que todo el procedimiento legislativo se llevó a cabo conforme a los requisitos constitucionales, y destacó que la reforma ya está en vigor.
En respuesta a las críticas del ex presidente Ernesto Zedillo, quien en un congreso en México afirmó que el país se dirige hacia una dictadura, López Obrador desestimó sus comentarios como “de risa”. Recordó que Zedillo fue responsable de la implementación del Fobaproa, la privatización de trenes, y la masacre de Acteal, entre otros eventos.
Durante su conferencia, el presidente invitó a los constitucionalistas o al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM a revisar el proceso de aprobación de la reforma. Explicó que el artículo 135 de la Constitución establece las reglas para modificar la Carta Magna, requiriendo mayoría calificada en ambas Cámaras y en 27 congresos locales. López Obrador indicó que si se hubiera incumplido alguno de estos requisitos, la reforma no habría sido válida.
Respecto a posibles amparos, el presidente aclaró que no corresponde a su administración decidir sobre ellos, y que estos no serán tramitados por la Suprema Corte si no cumplen con las normas establecidas.
López Obrador también criticó el desempeño del Poder Judicial, describiéndolo como una “asociación delictuosa” llena de “componendas y complicidades”. Aseguró que los jueces, magistrados y ministros se habían corrompido aún más en lugar de reformar su actuación. Mencionó que bajo la presidencia de Norma Piña en la SCJN, la situación empeoró, con jueces actuando en su propio interés y liberando delincuentes.
El presidente citó ejemplos de excesos en el Poder Judicial, como un juez que se negó a emitir una orden de aprehensión en el caso del asesinato de Luis Donaldo Colosio, y el ministro Luis María Aguilar, quien bloqueó la distribución de libros de texto mientras detenía un expediente de un empresario con una deuda millonaria. López Obrador criticó a los jueces que intentan detener el proceso de reforma, sugiriendo que sus acciones son lamentables y merecen juicios políticos.